sábado, 7 de diciembre de 2013

Blade Runner y el Test de Turing

En el último punto (4.5) del libro de texto que hemos visto en nuestras clases de 1º de Bachillerato se menciona casi de pasada el Test de Turing, sin explicarlo suficientemente. Intentaremos subsanar esto en clase, pero aquí va ya un adelanto.
Veamos. Alan Turing fue un extraordinario matemático británico, pionero de la computación y de la inteligencia artificial. Es célebre su contribución al desciframiento de los códigos secretos nazis, durante la Segunda Guerra Mundial, comprendiendo las claves de la máquina Enigma. Menos conocido es su triste final, básicamente debido a su homosexualidad mal llevada y peor tolerada. (Para los más curiosos, hay información accesible sobre Turing en esta página y en Wikipedia, y en inglés ésta es una web monográfica sobre el autor, o también podéis disfrutar de unos interesantes documentales de la BBC aquí.)

Pues bien: en 1950, cuando las computadoras eran grandes como dormitorios y envidiarían las capacidades de vuestras calculadoras escolares, Turing propuso un sencillo criterio para determinar -algún día- si una máquina piensa: si un entrevistador humano interroga -por escrito, en principio- durante cinco minutos a una máquina y a un humano situados en otra habitación, y no distingue cuál es cada uno, entonces la máquina piensa. (Podéis bichear sobre el Test, con gráficos, aquí, aquí o, ya para fanáticos bilingües, aquí.)
A día de hoy, se considera que ninguna máquina ha superado el Test de Turing.


En la fascinante película de 1982 Blade Runner hay un par de secuencias inspiradas muy vagamente en el Test de Turing. La primera es ésta, en la que el señor que aparece a la izquierda... bueno, no es un señor, sino un replicante modelo Nexus-6. ¡Qué cosas!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cosmología aristotélica

Como vimos en nuestra última clase de 2º de Bachillerato, la visión aristotélica del cosmos concebía a este como geocéntrico, finito y heterogéneo
Debido al argumento de autoridad y al apoyo posterior de la Iglesia, esta concepción dominó durante dos mil años.

En los siguientes vídeos -sencillos, escolares- podéis ver algunos acercamientos a las claves de este modelo:








Por otra parte, un magnífico resumen de toda la filosofía aristotélica encontraréis en esta presentación:

¿Es fácil tener una opinión?

Me ha encantado esta pequeña pieza teatral, un breve diálogo sobre nuestra capacidad de formarnos opiniones.
Me gustaría que lo escucharais con atención, alumnas y alumnos de 1º de Bachillerato, y a modo de tareílla voluntaria respondierais aquí mismo, mediante un comentario, a estas dos series de preguntas:
  1. ¿Os resulta fácil formaros una opinión sobre cualquier asunto? ¿Le resulta fácil a la gente? Si hay diferencias entre tus dos respuestas, ¿a que se debería?
  2. ¿Qué haría falta para que la gente se formara una opinión sobre algo? Si hace falta algún requisito en particular, ¿se suele cumplir cuando alguien opina? Si no se cumple, ¿qué nos dice eso del valor de esas opiniones? 

Última revisión de Platón y de su caverna.

La popularidad que aún conserva Platón, y su fuerza para interpretar algunas claves de la realidad actual, se aprecian en estos dos podcasts que he escuchado en la Cadena Ser. Su tono es humorístico,  no tienen demasiado rigor y abusan del presidente del Gobierno, pero creo que os pueden ser útiles para refrescar o recordar algunos planteamientos platónicos, especialmente políticos, y algunas claves de la Alegoría de la Caverna: