1984 es una de las grandes obras literarias del siglo XX. Pero también es algo más. Es una fábula distópica, un relato de anticipación política, una historia de amor, un retrato de los modernos resortes de los que se vale el poder para imponerse, del gregarismo humano y también de la dignidad del individuo. Es una novela perturbadora e inolvidable.
Publicada en 1949, poco después de que el Telón de Acero cayera sobre media Europa, fue vista en su tiempo como una nítida crítica al estalinismo, hecha por un izquierdista que había padecido la creciente opresión que la disciplina soviética había ido imponiendo sobre su propio país y sobre los diversos partidos comunistas europeos. George Orwell veía a Stalin como el gobernate totalitario perfecto, con un control brutal sobre la vida y el pensamiento de sus súbditos. Las purgas de los años treinta estremecieron al mundo: quienes osaron criticar a Stalin eran condenados a muerte o a largas penas, pero lo más llamativo es que durante el proceso proclamaban abiertamente su culpabilidad y su arrepentimiento, y pedían perdón al amado Stalin.
En 1984 se nos describe una opresiva sociedad futura en la que el líder supremo, el Gran Hermano (un símbolo, o un nombre colectivo, más que un personaje real), vigila a t0dos y cada uno de los ciudadanos, que además padecen un adoctrinamiento asfixiante. Un personaje aparentemente tan mediocre como su apellido,
Winston Smith,
empieza poco a poco a plantearse la irrealidad y la abyección del mundo en el que vive, y tendrá que tomar importantes decisiones morales.
El título de la novela se hizo especialmente popular. Evocó durante tres décadas las incertidumbres del futuro. Hoy, más de sesenta años después de su publicación, el título dice poco a las nuevas generaciones. Aunque siempre se perdería algo, creo que las ediciones recientes deberían llamarse 2053 ó 2064, para mantener la fidelidad al espíritu de la obra. No hay que temer que no haya ahora un Stalin contra el que dirigirse: la sociedad contemporánea está incrementando sin rubor el control sobre sus cada vez más adocenados ciudadanos, y lo puede hacer hoy, además, de maneras que Orwell nunca pudo imaginar. Es ésto lo que hace de 1984 un relato sorprendentemente actual y necesario.
Aquí os dejo en pdf las instruccciones para el trabajo sobre la novela. Encontraréis los requisitos precisos sobre fechas de entrega, extensión y cuestiones a tratar. No perdáis el tiempo buscando un sitio de donde copiar partes: no os serviría, y se notaría mucho. En su lugar, disfrutad con la novela, sumergíos en esa extraña Oceanía cuya capital es Londres, comprended bien por qué se hacen las guerras y cómo toda sociedad cohesionada necesita enemigos; dejaros inquietar por la opresión de la atmósfera y la suerte de los personajes. Luego, tras un necesario reposo, contadme qué os ha parecido.
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